09 noviembre, 2014

Reflexión

Llega un momento de tu vida en el que piensas que tendrías que haber disfrutado más de ciertas cosas, cosas que no disfrutaste todo lo que pudiste porque en ese momento pensabas que durarían eternamente.
Aunque nos cueste aceptarlo todo acaba tarde o temprano, incluso algunas que duran un pestañeo.
Llega un momento en el que te detienes y echas la vista atrás, recuerdas el pasado y entonces, sólo entonces te das cuenta de que esos fueron los mejores tiempos.
Cómo cuando eres pequeño y aprendes a montar en bici, o cuando te columpias y sientes que vuelas, el día de navidad y esos ojos llenos de ilusión al abrir los regalos y desear ir a jugar con tus amigos y ver que le han regalado a ellos.
Esos pequeños momentos que marcan tu vida y siempre recordaras con nostalgia, queriendo volver a repetirlos.

Pero eso ya pasó y ahora sólo queda seguir adelante creando un montón de nuevos momentos que sean únicos e irrepetibles.

Cuando pienses que nada tiene sentido mira hacia atrás y recuerda porque sigues vivo.